jueves, 29 de septiembre de 2011

Primer día en Colonia

Primero, comienzo inaugurando este blog. Aquí, toda mi vida (y aventuras) en Colonia con Cristina Gutiérrez será relatada, dedicado a aquel que le interese.
Empiezo por el primer día (día de llegada):
Hora de levantarse: 6:00 a.m
Hora de acostarse: 11:00 p.m
Para empezar, el avión salió con algo más de una hora de retraso, pero llegamos a Düsseldorf sanas y salvas. Una vez allí directas al tren, y después de varias peleas con la máquina de los billetes, nos subíamos al tren que nos llevaría hasta Colonia. Recorrimos Düsseldorf (no tiene pinta de ser muy bonito que digamos) y una pequeña parte del territorio alemán. El paisaje impresionante: todo increíblemente verde, árboles enormes y flores y plantas preciosísimas. Viendo el paisaje y algunos pueblos que atravesábamos logramos darnos cuenta de que todo edificio bonito o importante en Alemania se encuentra siempre detrás de un enorme árbol.
Más tarde llegamos a Colonia a la estación de Köln Hbf; después de un cambio de tren llegamos a la de Köln Süd, algo más cerca de casa. Y después de preguntar y vagar bastante encontramos el tren que nos llevaría a casa (cabe recalcar que no vivo en Colonia misma, sino en un como pueblo más pequeñito a las afueras (15 minutos en tranvía a la ciudad)).
Llegamos a Hürth (nuestro pueblo) y intentamos descifrar llegar a casa, imaginar nuestra desesperación y nuestra pérdida, que un chico alemán al vernos se acercó a ayudarnos, y nos dirigió maravillosamente a casa :).  Pero la Odisea no hacia más que empezar. Llegamos a la zona residencial donde está nuestra casa (cabe recalcar que eran las 5 de la tarde y no habíamos parado ni siquiera a comer) y la oficina donde debíamos recoger las llaves del piso estaba cerrada, investigando conocí a un vecino muy majo que me ayudó bastante y me dirigió a otra oficina que había. Por desgracia en esta oficina sólo se ocupaban del papeleo, entonces al ver que no podíamos entrar en casa la mujer que estaba allí me ayudo a buscar un hostal donde quedarnos la noche. Tiempo después ya teníamos todo listo, nos esperaban en el hostal y tenía las direcciones para llegar en tranvía y bus, pero tras una conversación con mi sabio padre decidimos ir mejor en taxi, porque estábamos muertas y llevábamos 2 maletas cada una que pesaban más que nosotras. Así que fui a pedirle la dirección exacta a la mujer para ir en taxi, entonces la alemana se acuerda de que en casos excepcionales si tenemos el contrato del piso y nuestro DNI (lógicamente lo teníamos!!!) nos podía abrir el piso (sí, tenía una tostada encima muy seria). Nos abre el piso y bueno, estábamos por fin en casa, pero a simple vista era bastante feo y estaba muuuuy vacío. Y allí estábamos nosotras, sin nórdico, sin toallas, sin nada. 
Al rato llegó una de nuestras compañeras alemanas, Elena. Nos confirmó que ella no saldría por lo que Cris y yo nos fuimos al bar más cercano a beber cerveza y cenar. Todo baratísimo y riquísimo. Volvimos a casa y conocimos a la otra compañera Carmen y su novio Daniel. Nos acostamos y dormimos con más capas que una cebolla, tapadas con abrigos y sudaderas. 
Amaneciendo en el aeropuerto

Primera cena alemana
Pues fin del día, mañana más y esperemos que mejor.

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